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Hoy celebramos el Día Mundial de la Educación Ambiental y no podemos olvidar que la vida en comunidad se centra en potenciar las mejores aptitudes de cada una de las personas que la integran. Para ello, es vital que la educación, como instrumento de socialización y de actitud crítica, adopte respuestas válidas para los retos de futuro a los que nos enfrentamos.

Uno de los retos más inminentes es el derivado de la globalización, que ha extendido modelos de consumo masivo e insostenibles, y que supone la necesidad de reorientar nuestras formas de vida hacia la mesura, la sencillez, la sostenibilidad, rompiendo así con la sociedad de consumo irresponsable que no recicla ni reutiliza, y que está llevando a la destrucción de nuestro planeta.

La educación ambiental tiene el reto de dejar de ser una complementariedad dentro del sistema educativo para integrase de forma transversal en la programación didáctica.

Desde sus inicios, hace más de 40 años, la educación ambiental ha ido evolucionando e incorporándose al sistema educativo tradicional, pero sin perder la base de complementariedad, no situándose como algo fundamental y transversal, que es el gran reto al que se enfrenta en la actualidad.

La educación ambiental se incluye como uno de los ejes principales de la educación en valores, que en términos generales se refiere al conjunto de estrategias y de dinámicas de relaciones que tienen como objetivo formar en civismo y en modelos de convivencia basados en el respeto, la empatía y la igualdad. Este enfoque significa que la educación ambiental debe ir más allá de la enseñanza de materias relacionadas con el funcionamiento de la naturaleza y de las sociedades, que es la que está vinculada al “qué” y el “cómo”, centrándose en el “para qué” y en la escala ética y de valores que sirven para ordenar las prioridades.

Actualmente asumimos que, aunque los elementos físico-naturales constituyen la base de nuestro medio natural, las dimensiones socioculturales, políticas y económicas son fundamentales para entender las relaciones que la humanidad establece con su medio y para gestionar los recursos naturales. También somos conscientes de la interdependencia existente entre medio ambiente, desarrollo y educación. Precisamente esa consciencia nos conduce a reclamar la relevancia de la educación ambiental de modo que, además de preocuparnos por el uso racional de los recursos, no ocupemos por su reparto y por modificar los modelos de desarrollo que orientan su utilización.

Ahora bien, no solo nos podemos quedar en la conciencia de las problemáticas ambientales que existen y que provocamos como sociedad, junto a la reclamación de una educación ambiental transversal. Como personas de la comunidad debemos actuar para preservar los bienes comunes naturales de los que disfrutamos, como son el agua, el aire, la tierra, etc. Por eso, desde CONSIDERA desarrollamos proyectos que potencian ese carácter transversal de la educación ambiental, y enseñamos a mejorar la relación de las personas, independientemente de su edad, con el medio natural para aprender a cuidar a nuestro planeta para las generaciones futuras.

Año tras año CONSIDERA persigue consolidar los valores de la Educación Ambiental, aquellos por los que trabaja y lucha en cada uno de sus proyectos.

La experiencia de CONSIDERA en los programas de Educación Ambiental ha permitido conocer y difundir las numerosas ventajas de este movimiento para el progreso y el establecimiento de un desarrollo respetuoso, acorde a las necesidades que nos marca este nuevo mundo. Proyectos como Recapacicla, La Gran Senda de Málaga, Don’t Waste Our Future, entre otros, han permitido y permiten a la Comunidad andaluza ser partícipe de un gran cambio, aunque quede mucha trayectoria todavía por recorrer y objetivos por conseguir, para establecer a la Educación Ambiental como eje prioritario de acción en el marco del desarrollo sostenible.

Actualmente, podemos disfrutar del desarrollo y gestión del Programa de Dinamización de los Huertos Urbanos de la ciudad de Sevilla, y el Programa de Actividades de Educación Ambiental en las Aulas Medioambientales Isla Verde-Verde Vélez, de la Ecocentral de Granada.

Ambos proyectos se implantan y consolidan como elementos fundamentales del cambio en los respectivos territorios en los que se ejecutan, no sólo atendiendo a las necesidades de las comunidades educativas, sino permitiendo la incorporación de numerosos colectivos que también reclaman la necesidad de conocer y comprender la importancia del contexto ambiental en el que nos encontramos.

A través del Programa de Dinamización de los Huertos Urbanos de Sevilla, la ciudad se enmarca en una nueva realidad que caracteriza cada vez a mayor número de ciudades y comunidades, convencidas con la necesidad de proclamar a las entidades locales como agentes fundamentales de acción a favor del desarrollo sostenible. El huerto urbano se ha convertido en una herramienta eficaz al alcance de todos y todas, que permite acercar a la ciudadanía a los ecosistemas naturales, aquellos que siempre nos han proporcionado recursos esenciales, tales como los alimentos, el ocio o la salud.

El huerto urbano se ha convertido en una herramienta eficaz al alcance de todos y todas, que permite acercar a la ciudadanía a los ecosistemas naturales, aquellos que siempre nos han proporcionado recursos esenciales, tales como los alimentos, el ocio o la salud.

Basándose en una perspectiva social y ambiental, el Programa de Huertos Urbanos permite informar, comunicar, formar, capacitar y promover la participación colaborativa de la ciudadanía, y el reconocimiento de la agricultura ecológica en un entorno natural ya existente en la ciudad con anterioridad, pero invisible para muchas personas.

Por otro lado, el Programa de Actividades de Educación Ambiental en las Aulas de Isla Verde-Verde Vélez, sitúa a la Ecocentral de Granada como elemento de transmisión y formación de la ciudadanía granadina, frente a la visible problemática en la generación de residuos que atraviesan las sociedades. La Ecocentral de Granada se convierte en un punto de encuentro excelente para colectivos de todas las edades, a través del cual promover los hábitos de consumo responsables y la relevancia de la separación en origen de nuestros residuos.

Este proyecto no sólo permite conocer la existencia de los diferentes métodos de tratamiento de residuos sólidos urbanos en la provincia, sino brindar a las comunidades los conocimientos necesarios para poder afrontar los diferentes retos que se nos plantean en esta senda por la lucha frente al cambio climático.

Mari Carmen Romero & Gloria Romero.